martes, 29 de marzo de 2016

Karl Marx

KARL MARX (1818-1883)

Marx adoptó el modelo dialéctico de la lógica de Hegel. Mientras Hegel se ocupó de la dialéctica de la ideas, Marx intento aplicar este enfoque dialéctico al estudio del mundo material, esto permitió a Marx tomar la dialéctica del reino de la filosofía y trasladarla a la ciencia de las relaciones sociales existentes en el mundo material.

Dos características básicas del análisis dialéctico distinguieron el pensamiento de Marx de la mayor parte del pensamiento sociológico: primera, el método dialéctico de análisis no contempla una única y unidireccional relación causa-efecto entre las diversas partes del mundo social, para el pensador dialéctico un factor puede tener un efecto sobre otro, pero este último también puede influir sobre el primero. Este tipo de pensamiento significa que cuando los pensadores dialécticos hablan sobre causalidad, siempre se refieren a las relaciones recíprocas entre los factores sociales, así como a la totalidad dialéctica de la vida social en la que se dan. La segunda característica del análisis dialéctico se opone aún más si cabe a la mayor parte del pensamiento sociológico contemporáneo. En el análisis dialéctico, como Marx lo desarrolla, los valores sociales no son separables de los hechos sociales. El pensador dialéctico piensa que no solo es imposible apartar los valores del estudio del mundo social, sino que tampoco es desearle porque produce una sociología inhumana y desapasionada.

Hechos y valores están entretejidos, a resueltas de lo cual el estudio de los fenómenos sociales entraña necesariamente una carga valorativa.

En sus primeras obras denominó alineación a las distorsiones que causaba la estructura de la sociedad capitalista en la naturaleza humana. Aunque era el actor el que padecía la alineación de la sociedad capitalista, Marx centró su análisis en las estructuras del capitalismo que causaban la alineación.

Marx ofreció básicamente una teoría de la alineación arraigada en la estructura social. Es la estructura social la que rompe las interconexiones naturales que caracterizan la naturaleza humana en un sentido ideal. Aquí es importante el sistema de dos clases: aunque los trabajadores usan las herramientas y actúen sobre la naturaleza, las interrelaciones naturales están rotas.

Componentes de la alineación. El concepto incluye 4 componentes básicos: primero, en la sociedad capitalista, los trabajadores están alienados de su actividad productiva. En lugar de ser un proceso satisfactorio en y por sí mismo, la actividad productiva en el capitalismo se reduce, según Marx a un aburrido e idiotizante medio de ganar el dinero para sobrevivir. Segundo, los trabajadores están alienados también del objeto de las actividades productivas: el producto. El producto de su trabajo no les pertenece, los trabajadores no solo no ejercen control alguno sobre el producto, sino que tampoco tienen una percepción correcta de lo que producen, suelen realizar tareas muy especializadas, a resultas de lo cual apenas perciben el papel que juegan en el proceso de producción. Tercero, en el capitalismo los trabajadores están alienados de sus compañeros de trabajo. La sociedad y la hostilidad entre las personas suelen alienar a los trabajadores respecto de sus compañeros. Por ultimo, los trabajadores están alienados de su propio potencial humano en la sociedad capitalista. La conciencia se entumece y en última instancia se destruye a medida que gradualmente se van rompiendo las relaciones con otros humanos y con la naturaleza.

Distorsiones derivadas de la alineación. Como consecuencia de la alineación, el trabajo en el capitalismo se reduce al simple trabajo en cuya realización el individuo no se afirma, sino que se niega; no se siente satisfecho, sino infeliz; no se desarrolla libremente su eficacia mental y física, sino que mortifica su cuerpo y arruina su mente. En el capitalismo el trabajo es muy diferente a la genuina actividad humana.

Como ejemplo de la perversión de la humanidad por el capitalismo tenemos la reflexión sobre el dinero. Idealmente las personas no pueden ser más de lo que realmente son, pero en el capitalismo el dinero confiere a las personas capacidades y actitudes que no tienen realmente.

Sólo a unas pocas personas se les permite realizar trabajo intelectual, la mayoría realiza un trabajo manual exento de componentes mentales.

Tenemos también la monotonía de repetir hasta la saciedad la misma tarea especializada. Los seres humanos dejan de ser creativos y se orientan en soledad hacia la posesión de objetos. Debido a esa total alineación de las funciones humanas, una persona ya no puede satisfacer sus capacidades y necesidades humanas y se ve obligado a concentrarse en las capacidades y necesidades naturales.

Para Marx el capitalismo era un mundo invertido, en el que los que deberían estar arriba, quedan relegados a lo más bajo y viceversa.

La realidad de la vida en el capitalismo se esconde tras la ilusión de un hecho; la creencia común es que son las capacidades las que confieren el éxito al trabajador.

Emancipación. El objeto de la sociología de Marx era la emancipación de la humanidad de la esclavitud de la sociedad capitalista. “La emancipación humana será total sólo cuando el hombre real o individual se haya convertido en un ser genérico”.

Por tanto, la actividad humana debe lograr la dignificación, la integración, la perfección y la liberación de hombre, de manera que los recursos y capacidades que residen en él puedan desarrollarse, expandirse y encontrar una expresión fructífera.

Las reflexiones sobre el potencial humano llevaron a Marx a articular una crítica de la sociedad capitalista y un programa político orientado hacia la destrucción de las estructuras del capitalismo para que las personas pudieran expresar su humanidad esencial.

La meta de la emancipación es el ser genérico, es decir, la meta es el comunismo, que constituye la primera expresión real y la realización autentica del hombre, de la esencia del hombre y de su esencia como algo real.

Las opiniones de Marx sobre las grandes estructuras se formaron a partir de su modo de pensar dialéctico, especialmente sobre la base de su tendencia a centrase en las relaciones sociales.

Marx percibía las estructuras sociales como un conjunto de relaciones sociales numerosas y continuas. Esta perspectiva dinámica o dialéctica se opone a la idea de muchos neodurkheinianos, que han ignorado la advertencia de Durkheim de que había que tratar los hechos sociales como cosas, y los consideran cosas de hecho. Si bien tenía una perspectiva dinámica de las estructuras, Marx consideraba que el conjunto de relaciones en el capitalismo eran externas a los actores y coercitivas. Esto no significa que este conjunto de relaciones fuera inevitable y eterno, pero había adquirido una realidad objetiva bajo el capitalismo y debía ser destruido para acercarse al comunismo.

Su perspectiva más relacional confiere a las estructuras sociales una naturaleza mucho más cambiante que la que tendrían si fueran consideradas cosas.

Mercancías. El concepto de mercancía de Marx arraiga en la orientación materialista de su análisis sobre las actividades productivas de los actores. Los productos son intercambiados en el libre mercado a cambio de dinero (valores de cambio)

Aunque son las personas las que producen objetos en el capitalismo, el papel que desempeñan en la producción de mercancías y su control sobre ellas se mistifican. Al principio creen que esos objetos y el mercado tienen una existencia independiente y esa creencia se convierte en realidad cuando esos objetos y su mercado se convierten en reales, en fenómenos independientes. La mercancía aparece como una realidad externa, casi independiente.

Fetichismo de la mercancía. La base de este proceso es el trabajo que confiere valor a las mercancías. El fetichismo de las mercancías implica el proceso por el que los actores olvidan que es su trabajo el que confiere a las mercancías su valor. Llegan a creer que su valor procede de las propiedades naturales de las cosas o que el funcionamiento impersonal del mercado es lo que les otorga su valor. Así, para los actores, el mercado realiza una función que para Marx los actores son los únicos que pueden realizar: la producción del valor.

Reificación. Las personas producen no sólo objetos económicos, sino también relaciones sociales y en última instancia estructuras sociales. Desde este punto de vista, el fetichismo de la mercancía se puede traducir al concepto más amplio de reificación. La reificación es el proceso por el que se llega a crear que las formas sociales humanamente creadas son naturales, universales y absolutas y consecuentemente esas formas sociales adquieren esas características. El concepto de reificación implica el convencimiento de las personas de que las estructuras sociales están fuera de su control y son inalterables.

Las estructuras adquieren realmente el carácter que las personas les otorgan. El uso de este concepto implica que las personas deifican no sólo las mercancías sino también el conjunto total de las diversas estructuras sociales.

Capital. Como estructura independiente, el capital (en manos de los actores que operaban en su propio beneficio, la burguesía) explotaba a los trabajadores, los responsables de su creación. Marx pensaba que el poder del capital aparecía como un poder otorgado por la naturaleza, un poder productivo inherente al capital. Así las personas tendían a deificar el capital, a creer que por naturaleza, el sistema capitalista era externo a ellas.

Circulación de mercancías. Considerada como el punto de partida del capital. Distinguió dos tipos de circulación de mercancías, que representan la totalidad de las relaciones económicas establecidas, que son externas y coercitivas para el actor. Uno de estos tipos de circulación: D-M-D es característico del capital, no ocurre así en el caso M-D-M. Podemos considerar la circulación simple de mercancías caracterizada por el circuito M-D-M como el segundo tipo histórico de circulación de mercancías, el trueque es el primero. Ambos circuitos conducen finalmente la circulación de mercancías bajo el capitalismo, que se caracteriza por el circuito D-M-D.

Propiedad Privada. Marx analizó el proceso por el que la propiedad privada se deifica en el capitalismo. Para Marx la propiedad privada, como los demás componentes estructurales del capitalismo, se deriva del trabajo de los trabajadores. La propiedad privada es el producto, la consecuencia necesaria del trabajo alienado, de la relación externa del trabajador con la naturaleza y con sí mismo.

División del trabajo. La idea básica de Marx sobre la división del trabajo se deriva de la distinción entre los propietarios de los medios de producción y los que se ven obligados a vender su fuerza de trabajo. A Marx en particular le interesa la tendencia estructural por la cual las personas se ven obligadas a especializarse en tareas cada vez a más específicas. Esta especialización impedía que los actores se realizaran y expresaran su potencial humano.

Clase social. Marx consideraba a las clases sociales como estructuras externas y coercitivas para las personas. Las clases sociales son relaciones sociales deificadas o las relaciones entre los hombres que han logrado una existencia independiente.

Las clases sociales se derivan de los actos de producción: las personas llegan a deificar las clases y consecuentemente comienzan a cobrar una vida independiente que construye al actor.

Las ideas de Marx hacen referencia a la conciencia en el sentido cultural (es decir a las normas y valores o, en términos hegelianos, al espíritu) y no en el sentido de los procesos mentales y de la construcción social de la realidad. Parece que Marx relega el nivel cultural a la condición de epifenómeno, determinado por las estructuras sociales y económicas. Esto parece reducir todo cambio social a un cambio de índole material sobre el que se erigía la superestructura cultural.

Conciencia de clase y falsa conciencia. Cuando Marx habla de la conciencia (y la falsa conciencia) de clase, no se refiere a una conciencia individual, sino a la conciencia de clase en su conjunto. Estos conceptos no son para Marx estáticos, sino más bien sistemas de ideas dinámicos que cobran sentido sólo a la luz del cambio y del desarrollo social. La falsa conciencia describe la situación durante el periodo capitalista, mientras la conciencia de clase es la condición que le espera al proletariado y que puede ayudarle a realizar el cambio de una sociedad capitalista a otra comunista.

Ideología. Puede definirse como el sistema integrado de ideas que es externo a los individuos y resulta coercitivo para ellos. Aunque Marx solía hablar de ideologías en el mismo sentido en que hablaba de las clases y la falsa conciencia, es decir como meros reflejos de la base material, no hay duda que la ideología adquirió una existencia independiente en el seno de su sistema.

Destacan 3 ideas fundamentales interrelacionadas sobre la conceptualización que hace Marx de las ideologías: primera, sin duda representan los intereses de la clase dominante, pero esto no significa que estas ideas no tengan una influencia recíproca en los intereses materiales; segunda, constituyen un reflejo invertido de la realidad; y tercera, las ideologías tienen una existencia independiente que resulta coercitiva para las personas.

La función de un sistema de ideas es alterar los pensamientos y las acciones de los miembros de la clase oprimida, en este sentido, las ideologías sirven para fomentar la explotación del proletariado. Las ideologías no funcionan por sí solas: operan a través de actores que llevan a cabo sus directrices, así las ideologías determinan las acciones de los actores de la clase dominante, quienes a su vez influyen en los pensamientos y acciones del proletariado.


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